
Para Fabián Burgos, profesor de Programación, Creatividad Digital y Coordinador del Área de Robótica en el Colegio Altamira, la clave está en aprender a usar la tecnología sin perder de vista sus límites. Él plantea que la IA tiene un enorme potencial para apoyar procesos educativos, pero que ese apoyo depende del entendimiento real de cómo funciona:
“En el colegio hemos visto cómo la inteligencia artificial ha comenzado a formar parte de la vida de varios de nuestros estudiantes, y desde mi experiencia en aula, considero que puede convertirse en una gran oportunidad para enriquecer sus aprendizajes, siempre que su uso cumpla ciertos principios éticos. Considero a la IA como una oportunidad para expandir las posibilidades de explorar, crear y comprender el mundo de nuevas maneras”
“El límite está en que la inteligencia artificial no debe sustituir lo esencial: la experiencia de pensar, equivocarse, probar, argumentar y construir desde su propia voz. Mientras la herramienta expanda los potenciales de los estudiantes, será positiva. Sin embargo, cuando las reemplaza, se vuelve un impedimento para su crecimiento. Por eso se aspira a que se convierta en otro acompañante más de su proceso formativo, mientras ellos siguen siendo protagonistas de su aprendizaje, desde la autenticidad, el sentido y las experiencias de aprendizaje que proponemos como profesores en su proceso educativo”, afirma.
Por su parte, Pedro Rosas, Máster en Inteligencia Artificial, PhD en Neurociencia y Rector del Colegio Altamira, coincide en que el desafío es integrar con criterio. Para él, la IA puede abrir oportunidades relevantes, por ejemplo, en la personalización del aprendizaje:
“ChatGPT (o herramientas similares) puede ser muy útil en la ‘personalización’ del aprendizaje de las y los estudiantes, al utilizarlo como una herramienta individual al que se le pueden hacer preguntas, para indagar una materia, o para ensayar diálogos o discusiones, por ejemplo. Y digo “puede ser muy útil” porque el problema con ChatGPT es que la información que entrega puede ser falsa. No podemos utilizar a ChatGPT como una fuente de información fidedigna”
Además, plantea: “La aparición de estas herramientas, y los servicios, productos y prácticas que están emergiendo le ponen aún mayor urgencia a que la educación debe dejar de pensarse en transferencia de conocimiento, y enfocarse más en cultivar habilidades, y ahí la neurociencia nos puede ayudar en entender cómo se aprende un hábito y la inteligencia artificial puede proveer herramientas que nos ayuden a hacer ese cambio de modo de enseñar.”
“Pero no debemos olvidar nunca que a un ente artificial no le importa que nuestros estudiantes aprendan algo significativo para sus vidas. Que nuestros estudiantes aprendan algo significativo para sus vidas es lo que nos importa a los educadores.” finaliza.
Ambos profesionales coinciden en que el verdadero desafío no es tecnológico, sino formativo. Preparar a los estudiantes para un futuro con IA implica fortalecer el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de análisis. La pregunta de fondo, más que sobre las herramientas, tiene que ver con cómo aseguramos que la tecnología potencie la comprensión, la curiosidad y la capacidad humana de aprender con otros.
En un escenario donde la IA avanza cada día, las voces de Fabián Burgos y Pedro Rosas apuntan hacia una misma dirección: usar estas herramientas, sí, pero siempre desde la conciencia, la ética y la responsabilidad educativa. Porque la tecnología puede ser poderosa, pero el criterio para usarla bien sigue siendo profundamente humano.

Mientras en gran parte del mundo se discute la obligatoriedad del uniforme escolar, estudios internacionales y la experiencia del Colegio Altamira coinciden en que permitir a los estudiantes elegir su vestimenta fortalece la autonomía, la identidad personal y la.

La irrupción de la inteligencia artificial generativa está transformando la educación en todo el mundo. La UNESCO estima que más de mil millones de personas ya utilizan chatbots de IA, y que nueve de cada diez académicos los ocupan en su trabajo profesional. Con este nivel de impacto, la conversación ya no es si debemos o no usar estas herramientas, sino cómo hacerlo de manera ética, crítica y beneficiosa para los estudiantes.

Columna de Opinión PhD Pedro Rosas, Rector Colegio Altamira: Ingeniero Civil de la Universidad de Chile, Master en inteligencia artificial, en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Postdoctorado en neurociencia cognitiva en el.

.png)